Cruzar la meta, como me gusta!

Esos últimos metros donde la línea de meta la visualizas desde muy lejos. En ese momento es cuando sabes que llegarás. Ya no pesan las piernas, ya solo hay pensamientos de traspasar ese arco de llegada, aparentemente sin motivo alguno. Quieres cruzarla y ya esta.

La definición estricta de meta es bien clara… “Lugar y señal que marcan el final de una prueba deportiva” a mi entender demasiado categórica. Me gusta más la siguiente: "una meta es el fin hacia el que se dirigen las acciones o deseos. De manera general, se identifica con los objetivos o propósitos que una persona o una organización se marca. Ésta última se aproxima más a lo que quiero explicar.

Inmediatamente después, intentas recuperar el aliento. Mantener la respiración se convierte en la primera necesidad. Poco a poco la recuperas. Las pulsaciones vuelven a ser más normales, ahora ya mucho más llevaderas.

Las ideas se aclaran. Y un subidón de endorfinas hace que ya no te acuerdes del esfuerzo que has tenido que realizar anteriormente.

Hace que todo haya valido la pena. Recobra el sentido, si alguna vez lo ha tenido. Hace que enseguida pongas en tu cabeza otra idea, otro reto, otra marca que superar o simplemente quieres volver a repetir.

Es en ese mismo instante donde soy consciente de todo lo que he tenido que sudar para lograr el objetivo. Es exactamente cuando le doy la importancia necesaria. Valoro todas esas horas que dedico para poder mejorar. Es aquí donde todo recobra sentido.

¡Me encuentro bien y ya está! No puedo decir más. Siento la necesidad de explicárselo a todo aquel que quiera escucharme. Y en muchas otras veces, a todo aquel que aun no queriendo, no le queda otra que hacerlo, jejeje.

No sé que tendrá esa línea de llegada que hace que te sientas bien, hace que una sonrisa se coloque en tu cara, que calme la ansiedad que acumulas durante la semana, que avive las ganas de seguir. Quizá sea la lucha que se mantiene con uno mismo, lo que hace que tras cruzar la meta te encuentres en la más absoluta tranquilidad.

Una vez leí, que seguir jugando como niños, es lo que NO hay que perder en la etapa adulta. Es así de simple, si quieres encontrar la felicidad, no renuncies a ello. Creo que correr, es como un juego de la niñez que de algún modo hace que ese niño que llevo dentro quiera seguir jugando a todas horas.

Posiblemente no me entienda todo el que me lee, pero estoy convencido que si me entiende todo aquel que a veces libera ese niño que llevamos dentro.

Es muy curioso que al cruzar la meta sea cuando se inicia todo, y no antes. Al traspasar la línea es cuando empieza otro ciclo, un retro nuevo u otro objetivo.

Lo lógico sería pensar que una vez finalizada la carrera se acabara todo. Y es justamente todo lo contrario, es cuando realmente empieza a acercarse la siguiente meta. Sientes como si algo te impulsara hacia delante, como si te diera fuerza suficiente para seguir o te catapultara hacia el siguiente reto. ¡Me encanta esa sensación!

Lo que tengo claro… cruzar esas metas me hace más fuerte y mucho más feliz.