top of page
Buscar

¡Que buena está el agua cuando uno tiene sed!

  • davidserranito
  • 7 sept 2016
  • 3 Min. de lectura

Salida en la XX cursa de la Vinya 2016 DavidSerranito

A cada zancada que das, notas como los músculos de las piernas se contraen hasta tal punto que te duelen. Aún así no tienes la intención de parar. Has empezado y no entra en mis planes abandonar. El sudor corre por mi frente como si de agua se tratara, aún más, cuando se me mete en los ojos, produciendo ese escozor característico e impidiéndote ver con normalidad.

Intentas secarte como puedes pero resulta imposible. La camiseta de tirantes queda pegada al cuerpo como si de una capa extra de piel se tratara. La sensación de sed se va apoderando de ti.

Esas señales de alerta que tu cuerpo te manda, que desagradables son. Quizá sea una de las sensaciones más difíciles de llevar. Correr con sed, es muy desagradable.

Sigues dando zancadas bajo un Sol de justicia. Solo compensado por los bonitos paisajes de viñedos que te rodean. Cada vez sientes que tu cuerpo esta más cansado. Sufrir corriendo se convierte en algo que deseas acabar en cuanto antes. Se acerca una subida. La miras desde lejos y te dices a ti mismo… ¡podrás con ella!

Intentas mantener un buen ritmo, aún notando las pulsaciones muy elevadas. El corazón lo sientes muy acelerado, quiere compensar el esfuerzo que estás realizando. Las contracciones musculares parecen ir solas, sin orden alguno.

¡Necesito agua!, pensé con todas mis fuerzas. Aunque no quisiera pensar en esa poderosa sensación de sed, era imposible. A cada metro, mi cabeza me lo recordaba.

Sin poder evitarlo me surgió la siguiente pregunta en mi cabeza: ¿Cómo me gusta tanto sufrir corriendo?

Subir el repecho y girar hacia la derecha, alzar la mirada al frente, entonces lo vi, es mi salvación... pensé enseguida. No contaba con un segundo avituallamiento. Ese hombre de cara redonda, sentado en su furgoneta y con una sonrisa en la cara, ¡te ofrecía agua!

¡Si señor! agua a buena temperatura. Con una expresión de ¡OSTIA QUE BIEN! Agarré la botella de agua y le di dos tragos largos, sin dejar de correr, y el resto me lo rocié por la cabeza.

Eso me reanimó. ¡Que buena está el agua cuando uno tiene sed!

Pude afrontar los dos últimos kilómetros, aún con las fuerzas justas y con sensación de mucho calor, de mejor manera. En el último tramo, y apoyado por un corredor incansable como es Jorge Luján, entramos en la meta juntos. Gracias ¡Jorge!. Lo primero que hice fue reponer todos los líquidos perdidos durante la carrera. A la voluntaria le pedí por favor ración extra de agua.

XX Cursa de la Vinya 2016 Jorge Luján espera unos segundos para llegar juntos a meta.

Hacía mucho que no me sentía así, exhausto y sediento. Al poco de traspasar la línea de llegada y una vez ya calmada mi sed… me dije ¡Bien! ¡A pesar de todo lo has conseguido!...

Sólo entonces entendí y dí respuesta a la pregunta que tan solo unos minutos antes rondó mi cabeza.

XX Cursa de la Vinya 2016 DavidSerranito

La xx Cursa de la Vinya 2016 se hizo especialmente dura por el calor que nos castigó a todos los corredores. Lo demuestra el que en esta edición transcurrió más lento que el año anterior. No por eso perdió valor alguno. Todo lo contrario, el poder medir tus fuerzas con circunstancias adversas, la hace aún más si cabe, una carrera especial donde poner a prueba tus capacidades. Extraordinariamente apetecible de poder correrla. Y deseando enfrentarme a ella el año que viene.

XX Cursa de la Vinya 2016 DavidSerranito Championchip

 
 
 

Comments


RSS Feed
bottom of page