¡Corro, luego existo!

Me desperté en mi cama con una sonrisa pletórica en la cara, hacía un instante estaba tumbado en un diván de cuero blanco, vestido con mi camiseta Buff y mis zapatillas Saucony, hablando con un extraño. Por el acento de esa persona se podía deducir sin duda alguna que era un argentino, pero que de su nombre no consigo acordarme. Me miraba fijamente y me decía con voz firme y profunda… intenta relajarte y haz un recordatorio en lo más profundo de tu memoria. Cuando estés listo empieza a hablar y explícame esos recuerdos. Pasaron varios segundos… hasta que debí poner una cara particular como queriendo decir ¡ahora empiezo! Él, en la mano izquierda, sujetaba una grabadora de voz Grundig, vi como pulsaba el botón rec.

Recuerdo cuando corrían los años 80 en esas tardes de verano dónde no corre ni la más ligera brisa… ir a picar a un amigo sabiendo que los minutos corrían muy deprisa en mi contra, el toque de queda era a las 20:30h. Salíamos de casa a todo correr para poder adueñarnos de una de las dos porterías de futbol de las pistas de cemento que teníamos enfrente de casa. Así nos las gastábamos jaja… era la ley del más fuerte o por lo menos de los que más mundo habían corrido.En innumerables ocasiones no llegábamos los primeros, claro está, no por mucho correr se llega antes, y solo nos quedaba el consuelo de pensar que mañana sería otro día mientras decíamos eso de ¡déjalo correr y no te enfades, no merece la pena!

Al llegar a casa de mis abuelos, sabíamos como estaba el ambiente solo viendo como él corría las cortinas que colgaban en la ventana que daba a la calle… ese ligero movimiento nos informaba de que mal estaban las pilas de nuestro Casio con luz nocturna, sabíamos con certeza si llegábamos tarde o no. Y ya cuando nos decía eso de ¡menos correr y más hacer! Es que la cosa estaba chunga.

Cogí aire profundamente y haciendo una pausa seguí con el relato que salía de mi boca a borbotones… en aquella época dónde llevar en el salpicadero de tu Renault 6 de color verde un calendario con el "PAPA NO CORRAS "era de lo más pro que podías llevar. Que te voy a contar ¿no? Y en el colegio lo más parecido al whatsApp era cuando corría algún rumor de boca en boca a una velocidad asombrosa… eso si que eran 200 megas de subida y no lo que hay ahora… jaja recuerdo una muy buena, que me habrán dicho mucho… sobretodo cuando a mi madre se le olvidaba algún ingrediente para la comida del domingo (que en ese momento estaba haciendo) y te mandaba a la bodega que estaba abierta los festivos por la mañana y te decía… ve a comprar esto ¡date prisa pero no corras!

Y el teléfono fijo era utilizado como un buen escudo que protegía en el anonimato durante esas llamadas al instituto dando la falsa alarma de bomba, aquello, si coincidía con algún examen, era para correrte de gusto. Genios de la piratería eran los que propiciaban esas llamadas. Yo nunca llegué a conocer a nadie en concreto, aunque para mí eran héroes que me salvaban de una buena… por lo menos ese día jajaja

Ahora todo va más deprisa o eso me parece a mí… por las mañanas veo a mucha gente corriendo detrás del autobús, tren o tranvía para no perderlos, se hacen un sprint de 50m que yo quisiera…corren que se las pelan para llegar puntual al trabajo… jeje y algún ¡déjalo correr! en modo de lamento, sale de la boca de estos transeúntes.

La vida misma te lleva a ir corriendo a todos lados y en muchas ocasiones sin rumbo concreto. Y si te detienes un instante corres el riesgo de quedarte caducado o desfasado, ya me entendéis.

El estar conectado a redes sociales, hace que sepamos lo que sucede en cualquier parte del mundo en tiempo real. Las noticias corren muy deprisa. ¿Será ese el motivo por el cual ya no sabemos vivir sin estar online constantemente?

Me siento nostálgico, si estuviéramos en un bar jugando al mus y bebiendo cervezas un: ¡esta ronda corre de mi cuenta! con voz contundente, seguro que saldría de mi boca sin pensarlo ni un momento.

Se hizo un silencio ensordecedor…

¡Corre dime algo! ¿Que me pasa doctor?

El tipo que tenia enfrente… se bajó las gafas y me dijo sin inmutarse... ¡Lo tengo claro! ¡Confirmo lo que sospechaba…!

ERES UN RUNNER Y PARA ESTO NO HAY CURA