Crónica de la 9ª Cursa Solidaria de Sant Joan Despí 2016
- davidserranito
- 12 jul 2016
- 3 Min. de lectura

Orgulloso de poder participar en una gran fiesta como la que se formó el pasado sábado por la tarde. Tras buscar aparcamiento por los alrededores, nos bajamos del coche dispuestos a pasar una tarde divertida. Las más pequeñas enseguida cogieron posiciones en los parques cercanos al polideportivo Salvador Gimeno de Sant Joan Despí.
La hora se echaba encima, a la vez que el ambiente subía de tono. Los más pequeños tomaron posiciones para disputar su carrera de la mejor manera posible, con una sonrisa de oreja a oreja. Es increíble como lo dan todo, como se esfuerzan del primero al último y como son capaces de disfrutar al máximo. Al llegar a la meta, no escuché a ningún “pequeño corredor” decir, que si mucho calor, que si mucha humedad, que si no se que… a ninguno!!! (no como nosotros los adultos… yo el primero ehhh) Más felices que todo! Más si cabe cuando recibieron la preciada medalla de finisher.

Hora de calentar. Un trote suave durante unos minutos, estiramientos y algún sprint que otro para elevar un poco las pulsaciones. El sudor corría en mi frente como si me hubiera derramado una botella de agua encima. Las piernas ya las notaba algo pesadas.
Situarse en la línea de salida, como siempre con esa sensación de ansiedad en el estomago que produce el momento antes de la señal de inicio. Algún saludo a corredores conocidos, y muestras de ánimo de mi familia. Vale todo listo para comenzar a correr.

“Acabar se convirtió en algo que deseaba con todas mis fuerzas. Una carrera de 10k se transformó en una en las que más he sufrido en los últimos kilómetros.
Me explico un poco más. Una primera vuelta a un circuito de cinco kilómetros donde pude aguantar un buen ritmo (4,02 min/k).
En la segunda es donde acusé un calor sofocante y el sudor provocó que me diera un bajón físico que aguantar el último tirón se convirtió más que nunca en el lema de la 9ª Cursa solidaria de Sant Joan Despí “Rendirse no es una opción”. Me acogí a esa frase y la repetí en mi cabeza como un mantra donde dar cada paso era verdaderamente difícil. Esa sensación que produce intentar aumentar el ritmo y no poder, las piernas no respondían a las ordenes que mandaba mi cabeza.
Sigue va! Me decía constantemente…

K5 tras pasar por el ecuador de la carrera… las piernas las sentía muy pesadas, quizá un exceso de entrenamiento previo causó esa pesadez. Agravado por la sensación ambiental donde la humedad se enganchaba a la camiseta a unos 30 grados… “
¡Y digo yo! Todo esto esta muy bien… que si calor… que si humedad… que si piernas pesadas… que si ritmo de tal… que si ritmo de cual… ¿pero que me dices de la satisfacción de poder correr esta cursa solidaria al 100%? Eso si es lo importante de verdad.
Todo el dinero recaudado lo destinarán la asociación de Corre Solidaris a los tres proyectos por los que trabaja este año FECAMM , PROYECTOPOL y #STOPAME.

Motivo suficiente para ayudar en la medida de lo posible. Correr por una buena causa es muy satisfactorio. Más allá de marcas personales y sensaciones deportivas. De lo que estoy seguro y convencido es que el sábado pasado ganamos todos!

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