Crónica de la Maratest 30K de Badalona 2016
- davidserranito
- 24 feb 2016
- 3 Min. de lectura
Despertar con las dudas que has ido generando durante toda una semana nunca es una buena sensación. Aunque ese domingo estaba increíblemente más tranquilo que los días anteriores.
Me disponía a correr mi segunda maratest, una carrera de 30k a dos vueltas de 15k. En un circuito bastante plano, con algún repecho y alguna calle engañosa. Visualmente parecen planas pero van subiendo poco a poco.

Después de desayunar, siguiendo el mismo ritual de siempre, ½ litro de agua con isostar de larga distancia, una barrita de etiixx y un café, nos disponemos a ir a Badalona. Tenía que llegar con tiempo de sobras para, en esta ocasión, recoger el dorsal.
Una vez que decidí cambiarme, sentí el frio que hacia esa mañana, aunque todo apuntaba a que haría muy buena temperatura a lo largo del día. Así que calentar era esencial para no quedarte entumecido. Me situé en el cajón de salida, en esta carrera era de libre elección, cada corredor se situaba en el cajón que quería pensando en la marca final en el Maratón. Me disponía a correr una tirada larga pre maratón como test previo de la misma. Así que debía exigirme algo más, salí desde el cajón que marcaba 3:15h . Me había marcado ritmos entre 4:15min/k y 4:30min/K.
Tras una salida con algo de dificultad, por el número de corredores y calles que se estrechan, mantengo un muy buen ritmo inicial. Fue empezar a correr, las dudas y los miedos, fueron haciéndose pequeños. El mal recuerdo del año anterior, fue aquí donde acusé ese dolor intenso en mi rodilla izq. causado por el sd de la cintilla ileotibial, enseguida dejó paso a mi disfrute personal.
La primera vuelta fue un constante recuerdo al recorrido realizado el año anterior, me evocaban destellos de imágenes del año pasado. Sentía, al pasar por los carteles indicativos del kilometraje realizado, eso que llaman "déjà vu".
Pasé por la línea de meta en el 15K al grito de los speakers... “ahí viene David y su barba” siempre se agradece un poco de humor y de buen rollo.

Probé por primera vez en carrera una pastilla de sales minerales diluida en agua, para así evitar las temidas rampas. Me fue de fábula, aunque con algún que otro problema estomacal que pude resolver con la expulsión de aire de forma brusca por la boca (jaja un eructo en toda regla, te quedas como nuevo, pero siempre muy discretamente ehh! ).
Iniciaba la segunda vuelta con mucha confianza, tenia muy buenas sensaciones, y ninguna molestia en la rodilla izq. Eso me tranquilizaba mucho. Pasando por el puente del Mare Nostrum, allí estaba mi fotógrafo personal (mi padre) y allí me hizo una cuantas fotos molonas jajaja ¡como no!

Al pasar por el indicativo de veinte kilómetros supe que podía mantener ese ritmo preestablecido hasta el kilometro 30K. Me costaría claro está, pero que lo intentaría estaba convencido. Al grito de “¡vamos SERRANITO!” o “¡ese SERRANITO bueno!” que expresaba algún corredor conocido, pasaban mucho mejor esos últimos kilómetros, siempre se agradece esos empujones de motivación.
Los cinco últimos me dediqué a concéntrame en mantener el ritmo, me costo más de lo que hubiera deseado. Muscularmente llegué algo cargado a línea de meta, pero realmente me supuso un gran empujón de moral y confianza. Empaqueté las inseguridades, miedos y dudas y transformarlas en 30k.
Disfruté muchísimo y pude probarme en una tirada larga, en un muy buen recorrido. En definitiva es una gran carrera donde poner a prueba todo aquello que tienes pensado para correr a tres semanas vistas la Zurich Maratón de Barcelona 2016.


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